martes, 20 de junio de 2017

Como si supiéramos de Alien: Covenant.

Otra vez me dejan sola, esta vez para hablarles de aliens. Soy Lu y les vengo a traer la crítica de Alien: Covenant, esperadísima segunda parte de Prometheus que sienta las bases y sirve de conexión con la mítica saga. No se enfaden conmigo si no apoyan mi opinión, eso sí, compartamos perspectivas en los comentarios, nos encanta saber su visión del asunto.


Pero ¿y esto qué es?

Alien: Covenant se sitúa cronológicamente entre Prometheus y Alien:el octavo pasajero, es decir, es secuela y, al mismo tiempo, precuela, y pretende, por tanto, cohesionar estética y argumentalmente dos película que son terriblemente distintas, quedando un resultado un poco tutti-frutti, que ni una cosa ni la otra, ni chicha ni limoná.

En Prometheus ya nos comentaron que nuestros creadores eran unos señores gigantes, calvorotas, más pálidos que los Caminantes Blancos con bastante mala hostia. Ahora, una aeronave, con la misión de colonizar un planeta con condiciones para la vida, llega a un mundo habitable cuyo único anfitrión es nuestro robótico David (Michael Fassbender), superviviente de la nave Prometheus.

Nuestra peli tiene un regusto a Prometheus y Alien:el octavo pasajero pasados por la turmix, con la mala idea de que tiene más ingredientes del primero que, personalmente, me parece un filme flojo que no sabe si quiere hablar de filosofía o de xenomorfos. Mejora a medida que nos evoca de alguna manera a El octavo pasajero, aunque sin llegar a conseguir en ningún momento la carne de gallina y la tensión muscular de su antecesora. Lejos de mantener la incógnita, exponen mucho a los bichejos con buena dosis de sangre y guarraditas, lo que tiene sus pros y sus contras. Los pros, muchos espectadores veníamos a ver esto, escenas osadas y cruentas; pero nunca logran generar ese suspense que recordábamos, el exhibicionismo acaba por inmunizar y todo se hace esperable. No falta alguna gamba argumental como, por ejemplo, que la nave de hace unos añitos sea más moderna y esté mejor equipada médicamente que la actual, ahora llevan un botiquín con tiritas y mucho es, y en cuanto a la forma de actuar de de los personajes, resulta, como poco, ilógica, van a lo loco, sin pararse a pensar ni un poquito, todo muy absurdo.

Sobre los personajes ¿qué nos puedes contar?

Un fantástico Michael Fassbender por partida doble en un uno contra uno (mismo), interpretando a nuestro ya conocido David, y su versión renovada, Walter. Desdoblado en la encarnación de mal sin remordimiento y el androide buenazo, hace suya la película. Muchos ya conocen de mi pasión por este actor, y aquí no decepciona, algo bueno tenía que tener esta cinta…


Katherine Waterston venía con el marrón de la comparación inevitable con su predecesora Ripley. A mí se me hace una interpretación bastante digna, es una actriz con recursos y personalidad, y defiende decentemente al personaje, es la única integrante del equipo que logra transmitirnos duda, desconcierto, miedo, desesperación y coraje. Las comparaciones son odiosas, así que no quiero meterme en ese fango, simplemente decir que las escenas finales en la nave emiten casi tanta potencia como las antiguas.


El resto de la tripulación es carne de cañón, están ahí simplemente para morir de forma grotesca, algunos de ellos sin que siquiera lleguemos a conocerlos, son personajes para no recordar. Y sí, ese era James Franco.


Aún notándose que era un traje, la primera vez que vimos a Alien a todos nos temblaron las rodillas. Con los avances y el presupuestazo, ahora será brutal…

Es una película fría y gris con una atmósfera estética muy currada, visualmente se disfruta muchísimo, las cosas como son. Y aunque no llegan a acojonar, los xenomorfos y sus derivados están muy chulos y conseguidos, el fallo reside, fundamentalmente, en la trama y el guión.

Y el veredicto es…

Queda un poco entre dos aguas, en tierra de nadie. Me disgusta en la medida en la que se parece a Prometheus y me enganchan los momentos en los que atisbo a ver algo que rememora a Alien: el octavo pasajero. Mejor que la de 2012, pero bastante más justa que la de 1979. La visto con una falda de cuero por la oscuridad, por los efectos y, por supuesto, por Fassbender.


¿Qué falda le darían ustedes a Ridley Scott esta vez?

Para los que no entiendan el sistema de medida faldil.
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