domingo, 18 de junio de 2017

Como si supiéramos de Guardianes de la Galaxia vol.2.

No se puede decir que hayamos sido veloces como el rayo pero, mejor tarde que nunca, hemos traído la crítica de Guardianes de la Galaxia vol.2. Soy Lu y esta vez estoy sola para contarles, como si yo supiera de algo, si valieron la pena los casi 8 eurazos de entrada.


Después del taquillazo de Guardianes de la Galaxia, ¿qué tal se defiende vol.2?

Guardianes de la Galaxia supuso un soplo de aire fresco y un giro de 180º al formato de pelis de superhéroes que veníamos viendo por esos momentos. Aventuras galácticas a todo color protagonizadas por personajes más canallas que heroicos, plagada de referencias a la cultura pop y una banda sonora brutal. Una película que parodiaba su propio género, que venía a darnos unas horitas de placer sin remordimientos, sin más complicación, y que fue un exitazo en toda regla.

Pero claro, ya habían perdido la capacidad de sorprendernos y me rondaba el miedo de encontrarme con un abuso de explosiones y cosas volando por los aires, aderezado con chistes casinos y guiños a mansalva para forzar la sonrisa nostálgica del público.

Sin embargo, y aunque no me entusiasmó como lo consiguió la primera, no es ni por asomo la castaña que esperaba comerme. El meollo del asunto es que se desvelan los verdaderos orígenes de Star Lord, y todo gira en torno a eso. Nos regalan una primera mitad en la que Peter Quill (Chris Pratt), el mapache Rocket (Bradley Cooper), el fuertote de Drax (Dave Bautista), la guerrera Gamora (Zoe Saldana) y Groot (Vin Diesel) en versión mini nos dan lo que vinimos a ver, es decir, todo lo que nos robó el corazón la primera vez: acción con un nivelazo de efectos especiales, derroche de humor y gags, a ritmo de "Awesome Mixtape #2". Pero la cosa va decayendo, se pierde la agilidad debido a que, tal y como se queja mi amiga Diana, no hay misión a cumplir ni malo al que cargarse durante más de la mitad de la peli. El filme culmina con una batalla final que es el exceso por exceso, y no lo digo como algo negativo, más bien al contrario.

El quinteto galáctico ya nos conquistó hace unos años ¿qué cambios en los personajes nos ofrece la secuela?

El equipo protagonista sigue funcionando tal y como lo hacía en la predecesora, pero ahora pretenden profundizar en el plano sentimental aludiendo al pasado de algunos de ellos y a sus lazos familiares. Este empeño en dramatizar resta bastante más de lo que suma a una película de dichas características, en algunos momentos me sonaba a cursilería de lata. Un poquito vale, pero para mí se excedieron con el ramalazo sensiblero. La moraleja viene a contarnos eso de que la familia es la que nosotros escogemos, y gran parte de la trama se basa en ahondar en las raíces de Quill. Por eso, una de las novedades de la secuela es la evolución de Yondu (Michael Rooker), el padre postizo del prota, que se me hace interesante hasta que insisten en pasarse de intensitos. También profundizamos en la relación entre Gamora y la petarda de su hermana Nébula(Karen Gillian), con un desenlace tan azucarado como forzadito.


El villano de nuestra peli es Ego, que, personalmente, ni fú ni fá, no por culpa de la interpretación (Kurt Russell), sino porque la mayoría de los malos de este género son personajes terriblemente planos, y Guardianes de la galaxia vol.2 no me parece una excepción en este aspecto.

Aparecen nuevos personajes de lo más extraños, entre ellos, la ridícula y al tiempo letal, Ayesha (Elizabeth Debicki), una señora chunga totalmente dorada líder de Los Soberanos, y la adorable Mantis (Pom Klementieff), ayudante de Ego con poderes empáticos y telepáticos. No puedo dejar de quejarme de que, con esta última, el guión se ceba con comentarios que me sonaron machistorros y bastante desagradables. Ya sabemos lo de que la industria del cine es terriblemente sexista y estas cosas nos suelen pasar desapercibidas cuando vamos a pasar un rato divertido sin más historia, pero, personalmente, soy cada vez más consciente de estas cuestiones y me siento agredida por cómo se decide representar a los personajes femeninos, quizás siendo más evidente en el género de las súperproducciones de héroes de cómic.


Sylverter Stallone se marca un cameo, y Stan Lee está presente como siempre, aunque en esta oportunidad chupa un poco más cámara de lo habitual.

No podemos negar la espectacularidad de la primera, ¿esta mantiene el listón alto?

Los efectos especiales siguen siendo maravillosos también en esta entrega. No hay más opción que hacerle la ola a James Gunn  por la secuencia de créditos de apertura, que supera de largo a la de Guardianes de la Galaxia vol.1. El director pasa de los tópicos y decide centrarse en una coreo de los más chula que se marca Baby Groot mientras el resto de guardianes están jugándose la vida en un segundo plano contra un bicho asqueroso. Todo un despliegue de recursos nada más empezar, yo diría que es la mejor escena de toda la película.

Guardianes de la Galaxia vol.2 vuelve con una estética todavía más ambiciosa. Escenarios psicodélicos y extravagantes que envuelven al espectador en la magia de la aventura interplanetaria. Por este lado, solo tengo halagos.

¿Cómo enlaza este filme con la anterior y con el universo Marvel?

Viene a ser una aventura independiente en la que el equipo se compacta y aprovechan para introducir algún nuevo personaje. Como ya nos tienen acostumbrados, nos quedamos tranquilitos en los asientos cuando terminó la peli, y un buen rato, porque no fue una escena postcréditos sino 5 las que nos regalaron esta vez.


Entonces, ¿qué?

Bueno, pues está todo dicho. Cumple de sobras en cuanto a entretenimiento y espectacularidad, y lo mejor siguen siendo los temazos, pero el producto no es tan redondo como en su debut, la trama no es consistente y la vena sensiblera resta agilidad. Huele un poquito a peli de transición sin llegar a ser relleno. Le doy una falda vaquera esperando futura remontada.


Cuéntennos, ¿creen que vol.2 mantiene el nivel de Guardianes de la Galaxia?

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