jueves, 2 de noviembre de 2017

Como si supiéramos de Blade Runner 2049

Nos enfrentamos con ilusión a la que han llamado, incluso antes de terminar de rodarse, “la película de 2017”, pero también con la duda de ¿es necesaria esta secuela?, ¿qué más podría aportarnos? Avisamos ya de que no salimos muy contentos, nos explayamos a continuación:



¿De qué va todo este asunto de los Replicantes?

Ra.- Blade Runner 2049 se sitúa 30 años después de la original de Ridley Scott. Después de la caída de la Tyrell Corporation, surge un nuevo gigante de la bioingeniería: Wallace Corporation, que asume la creación y distribución de nuevos modelos de Replicantes, más obedientes y avanzados.

En medio de todo esto, K (Ryan Gosling), es un Blade Runner al que se le asigna un caso de “retiro” aparentemente normal, pero que se complica más de la cuenta al descubrir los restos del cadáver de una Replicante con un secreto bastante peculiar (que no revelaremos por si aún no la han visto).

La película se centra en exceso en la resolución del caso, en la investigación propiamente dicha, y no deja casi hueco para ningún tipo de debate filosófico o lecturas más allá de lo que se expone. El encanto de la historia termina donde acaba la premisa, y en una película tan larga como esta había lugar para muchas más cuestiones, mejor desarrolladas y más atractivas.

Lu.- Nos plantea los mismos dilemas que su predecesora, indagando en preocupaciones adaptadas al mundo que vivimos hoy, como son la ingeniería genética, la biotecnología, y sus dilemas éticos. Es un film noir, pero futurista, con ese ambiente tenso y cargado. En cuanto al ritmo del metraje, se abusa de los silencios y acaba por hacerse lenta y plana.



¿Pueden decirnos algo acerca de los personajes?

Lu.- La mayoría de los personajes son prototipos del clásico cine negro, algunos bastante mal llevados. Las relaciones entre ellos son frágiles, meras coincidencias, no aportan motivación suficientemente creíble. Me dio la sensación todo el rato de no conocer a ninguno de los protagonistas, de no tener idea de porqué se movían, cuáles eran sus aspiraciones. La historia de amor, además de arquetípica, es lánguida y poco elaborada. Todo se mueve en una esfera de anestesia emocional en la que nadie transmite nada, todo muy frío y seco. La interpretación de Ryan Gosling tan replicante, tan carente de alma ¿no les resultó excesivamente horizontal?

Como casi siempre, la representación de la mujer hace que me hierva la sangre. Joi, interpretada por Ana de Armas, cumpliendo un rol meramente estético y servicial, que sí, que es un robot de compañía y trabajo doméstico, pero ¿por qué siempre una mujer? Ya sabemos la respuesta. Excesiva exposición de cuerpos femeninos desnudos, replicantes prostitutas complaciendo los deseos masculinos (para que no senos olvide ni por un momento cuáles son nuestras labores impuestas en esta sociedad), y un Jared Leto interpretando al empresario sin escrúpulos Wallace, que resulta ridículo y asqueroso a partes iguales; violencia machista everywhere.

Ra.- Pues hasta el momento de escribir la crítica no era consciente de lo poco que tengo que decir al respecto. Ninguno de los actores sobresale, y tampoco ninguno de sus personajes. Si acaso, sí me gustaría destacar a Sylvia Hoeks como Luv y a Harrison Ford en su regreso como Deckard, pero por ninguna buena razón. A la primera, porque parece una mala de telenovela que se sale del tono de la película completamente. Al segundo, porque es completamente prescindible, ni amplía, ni mejora, ni extiende el personaje, y encima tiene un par de escenas de lucha totalmente vergonzosas.


Y en cuanto a la estética, casting y caracterización de la peli, ¿qué nos pueden contar?

Lu.- Perfección. Triste, gris, polvorienta, la estética está conseguidísima. Se palpa en cada escena cómo han cuidado hasta los más mínimos detalles, con un uso del color magistral y un aplaudidísimo trabajo con la luz. En este aspecto no se puede poner pega alguna, magnífica.

Ra.- Mira, aquí sí que se hace un grandísimo trabajo. La fotografía es impecable, el ambiente generado es imponente y lleva al extremo estético los registros que hicieron icónica la primera.

Mediante el uso de contrastes muy marcados, planos largos, lentos y movimientos de cámara igual de pacientes, todo medido al milímetro, Blade Runner 2049 se mueve en un entorno constantemente denso y distópico, que remarca el carácter artificial y decadente del universo de la película. La niebla, la lluvia, los neones y los paisajes sin sol marcan una atmósfera insuperable que hacen, para mí, lo único salvable.

Ubicándose en el terreno de la ciencia-ficción y teniendo un evidente carácter futurista. ¿Qué nos pueden decir de los efectos especiales?

Ra.- Casi que lo mismo de antes. Los efectos son una pieza más del conjunto estético, sirve para crear estructuras arquitectónicas y hologramas que se integran perfectamente, sin despuntar para no estropear la actitud. La guinda la pone la recreación en CGI de Rachael tal y como estaba en 1982.


Bueno, y respecto a la original, ¿cómo encaja?

Ra.- Aparte de la fórmula visual y el trasfondo, podría ser una película independiente y no pasaría nada. Puede verse perfectamente sin haber visto la primera, ya que argumentalmente no depende de la misma y tampoco desarrolla demasiado lo ocurrido en los 30 años entre ambas.

Si la original se centraba en encontrar los límites de la inteligencia artificial, la moral, la ética y el sentido de humanidad que puedan desarrollar seres artificiales comos los Replicantes, ésta queda completamente pálida en comparación, apenas se ahonda en el tema.

Y llegamos al final, momento de las conclusiones.

Lu.- Está todo tan cuidadosamente atado que acaba resultando distante, insulsa. Una maravilla técnica que no cumple expectativas en el resto de apartados. Aunque me lluevan las réplicas, la voy a dejar con una falda de lentejuelas.



Ra.- Para mí es una decepción. Fui con muchas ganas a verla, e incluso disfruté de los primeros minutos en los que se dejaba ver cuál iba a ser el argumento, pero más allá del despliegue técnico, no saqué nada a destacar. Le voy a dar una falda hippie porque la ejecución me parece sobresaliente, pero de resto es bastante mediocre.


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